En unas planchas de aluminio, y mediante un proceso químico, se fija el diseño que queremos imprimir. Luego en máquina, y a través de unos rodillos de caucho, se produce la trasferencia indirecta al papel.
La impresión offset tiene unos costes de inicio, como son las planchas y los tiempos de ajuste, que la hacen indicada para grandes tiradas o ciertos tipos de formatos, ya que su impacto sobre la unidad disminuye conforme aumenta la cantidad de ejemplares impresos.
Por otro lado, el uso de grandes formatos de papel, y su rapidez y calidad, la convierten, en muchos casos, en la mejor alternativa.
Pero para tiradas más pequeñas es ideal la impresión digital. Esta tecnología no necesita planchas metálicas ni tantos recursos, por lo que el coste para pequeñas tiradas se abarata enormemente.
Nos permite imprimir desde una sola copia sin costes externos, imprime directamente desde nuestro ordenador, y los acabados son de buena calidad.